domingo, 13 de noviembre de 2011

Capitana de la angustia: no quiero que sufras tanto.



Dame tu mano, María, 
la de las tocas moradas. 
Clávame tus siete espadas 
en esta carne baldía. 

Quiero ir contigo en la impía 
tarde negra y amarilla. 
Aquí en mi torpe mejilla 
quiero ver si se retrata 
esa lividez de plata, 
esa lágrima que brilla.

Déjame que te restañe 
ese llanto cristalino, 
y a la vera del camino 
permite que te acompañe. 

Deja que en lágrimas bañe 
la orla negra de tu manto 
a los pies del árbol santo 
donde tu fruto se mustia. 
Capitana de la angustia: 
no quiero que sufras tanto
Vía crucis: Ofrenda
Vecellio Ticiano y Gerardo Diego

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La Madre de las Angustias, te guarde por siempre.

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