viernes, 2 de abril de 2021

Stabat Mater

 

Foto de Manu Socarrás

Stabat Mater

La Madre piadosa estaba junto a la Cruz y

 lloraba mientras el Hijo pendía.

Cuya alma, triste y llorosa, traspasada y

 dolorosa, fiero cuchillo tenía.

 

¡Oh, cuán triste y cuán aflicta se vio la

 ¡Madre bendita, de tantos tormentos llena!

Cuando triste contemplaba y dolorosa

 miraba del Hijo amado la pena.

 

Y ¿cuál hombre no llorara, si a la Madre

contemplara de Cristo, en tanto dolor?

Y ¿quién no se en­tris­teciera, Madre piadosa,

¿si os viera sujeta a tanto rigor?

 

Por los pecados del mundo, vio a Jesús en

 tan profundo tormento la dulce Madre.

Vio morir al Hijo amado,

que rindió desamparado el espíritu a su Padre.

 

¡Oh dulce fuente de amor!, hazme sentir

tu dolor para que llore contigo.

Y que, por mi Cristo amado, mi corazón

 abrasado más viva en él que conmigo.

 

Y, porque a amarle me anime, en mi corazón

 imprime las llagas que tuvo en sí.

Y de tu Hijo, Señora, divide conmigo

 ahora las que padeció por mí.

 

Hazme contigo llorar y de veras lastimar

de sus penas mientras vivo.

Porque acompañar deseo en la Cruz,

donde le veo, tu corazón compasivo.

 

¡Virgen de vírgenes santas!, llore ya con

ansias tantas, que el llanto dulce me sea.

Porque su pasión y muerte tenga en mi alma,

de suerte que siempre sus penas vean.

 

Haz que su Cruz me enamore y que en

ella viva y more de mi fe y amor indicio.

Porque me inflame y encienda, y contigo

me defienda en el día del juicio.

 

Haz que me ampare la muerte de Cristo,

cuando en tan fuerte trance vida y alma estén.

Porque, cuando quede en calma el cuerpo,

 vaya mi alma a su eterna gloria.

Amén.

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La Madre de las Angustias, te guarde por siempre.

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