Cada varal se arrodilla
ante el peso de su gracia,
cada clavel le suspira
por perfumar su arrogancia,
el cirio, es un corazón
que se consume entre llamas,
la saeta, una oración
prendida en la Noche Santa,
y cada pecho, un clamor
para la Virgen Gitana.
Fotografías Antonio Sierra Escobar. Naturaldesevilla.
Fragmento del Pregón de Antonio Rodríguez Buzón. Semana
Santa de 1956
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La Madre de las Angustias, te guarde por siempre.