Clementísima Madre de Dios
¡Oh clementísima Virgen María,
Madre de Dios,
Reina del Cielo,
Señora del mundo,
Júbilo de los santos,
Consuelo de los pecadores!
Atiende los gemidos de los arrepentidos;
calma los deseo de los devotos;
socorre las necesidades de los enfermos;
conforta los corazones de los
atribulados;
asiste a los agonizantes;
protege contra los ataques de los
demonios
a tus siervos que te imploran;
guía a los que te aman
al premio de la eterna bienaventuranza,
en donde con tu amantísimo hijo
Jesucristo
reinas felizmente por toda la eternidad.
Amen.
Tomás de Kempis
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La Madre de las Angustias, te guarde por siempre.